LUMBRICUS

El mar terroso alberga,
En su vulva oscura
Y virgen al toque de los
Incorporeos rayos viriles,
Pimigenios habitantes y
Labriegos incansables,
Auténticos arquitectos del
Otrora Edén y, desde entonces,
Constructores viscozos que,
Sin el verbo, permiten a los
Moradores de la superficie
Contemplar los maravillosos
Colores de la creación;
Criaturas de especial sexo,
Tan angélicas como para
Evitar los goces de la carne,
Y tan puras que carecen
De la razón y de la pasión.

Geraldin I

El sol se pone en oriente,
Desde occidente hace su
Dulce recorrido
Y se posa sobre mi hombro,
Cada mañana de piedra,
En cada crepúsculo ebrio.
Recorre los andes
Como una G gigante,
Para finalizar su viaje
Como una N olímpica;
Atón en realidad
Es Amaterasu,
Y lleva en su vientre,
Dulce y cálido,
Al sereno hijo de un mortal
Al dorado orbe solar.

CONCERTO

Impaciente, acelerado,
febril, famélico,
Enloquecido:
Los cántaros laten
Con el Minueto.
Contradictorio.
Endemoniado.
El sol, cabisbajo,
Le sonrie como sólo
Lo hace un Húngaro.
Bailemos sobre las lozas
De oro que tapizan
nuestro llanto.

DIOSA MODERNA

Cadavérica beldad:
Disminuyes en carnes
Aumentas en fama,
Belleza mia
Quiero roerte,
Soy un perro lo sabes.
Magra diosa
Cíñete el corsé
Y evita suspirar,
El anoréxico palacio
Es tan dulce y tan barato;
Déjame lo demás
Y encantado comeré
Lo que tu desprecias.