jueves, 18 de noviembre de 2010

LUMBRICUS

El mar terroso alberga,
En su vulva oscura
Y virgen al toque de los
Incorporeos rayos viriles,
Pimigenios habitantes y
Labriegos incansables,
Auténticos arquitectos del
Otrora Edén y, desde entonces,
Constructores viscozos que,
Sin el verbo, permiten a los
Moradores de la superficie
Contemplar los maravillosos
Colores de la creación;
Criaturas de especial sexo,
Tan angélicas como para
Evitar los goces de la carne,
Y tan puras que carecen
De la razón y de la pasión.